Inteligencia Emocional en la Infancia
Recuerdo un divertido juego de Parqués en familia, una tarde como cualquier otra. Jugábamos y compartíamos un largo juego; quienes lo han jugado saben que pueden ser horas de entretenimiento. Mi sobrino estaba muy cerca de ganar, pero en un segundo todo cambia y pierde el puesto que tenía casi asegurado. Se frustra y siente que fue injusto, rompe en llanto y tarda un poco en lograr tranquilizarse.
¿Te has encontrado en una situación similar? Quizás todos hemos compartido momentos con un niño o adulto que pasa por algo así. Es natural y necesario expresar emociones. Sin embargo, muchos de nosotros no tenemos la formación necesaria para administrar esas emociones y las respuestas que generan.
La importancia de la inteligencia emocional en la infancia
Por supuesto, este es un tema que nos concierne a todos. Con el tiempo he descubierto que el momento ideal para trabajar en ello es durante la infancia. Son nuestros niños quienes necesitan apoyo para lograrlo, no por decisión propia, sino porque queremos lo mejor para ellos.
La inteligencia emocional nos lleva a mencionar palabras como autorregulación, motivación, empatía y habilidades sociales. Cada uno de estos atributos no solo contribuye a una sociedad más funcional, sino que también nos convierte en seres humanos más felices, capaces de autogestionar, comprender y administrar nuestras emociones. Esto nos brinda una mayor comprensión de la realidad y de los demás. Los beneficios a nivel de desarrollo personal, académico y social son innegables.
Cómo apoyar a los niños en el desarrollo de su inteligencia emocional
Ahora bien, hablemos de cómo podemos apoyar a los niños en el desarrollo de su inteligencia emocional. Aquí te dejo algunas ideas para empezar:
- Establece un tiempo de reflexión: Pon nombre a cada emoción (no intentes abordar muchas a la vez) y describe las sensaciones que cada una produce en sus manos, cara y cuerpo.
- Practica técnicas de autorregulación: Utiliza cuentos, ejercicios de respiración u otras técnicas.
- Interésate realmente en sus emociones: Pregunta a diario qué emoción identifican en ellos, no solo en su tiempo libre o como rutina, sino después de enfrentar una situación difícil, hablando de sensaciones y emociones.
- Crea un espacio agradable para la reflexión en familia: Organiza allí objetos que permitan descargar sensaciones y promover la tranquilidad y la conversación. Recuerda que, aunque sea su espacio, no debe estar solo allí.
Consejos prácticos
Te dejo un consejo más: todo el proceso que quieras llevar a cabo debe darse antes o después de un pico o situación emocional fuerte. Si lo intentas durante el momento de mayor intensidad emocional, puedes frustrarte, presionarlo y no obtendrás muchos logros.
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